Es el crecimiento descontrolado de las células presentes en la mucosa gástrica que forman tumores y pueden propagarse a otras partes del cuerpo.

Generalmente los síntomas de este cáncer no se presentan en etapas tempranas, por lo que es difícil su detección y tratamiento oportuno.

La infección por Helicobacter pylori: es el factor de riesgo más importante, especialmente si está asociada con gastritis atrófica o metaplasia intestinal.

• Es una bacteria que puede residir en el estómago y provocar inflamación crónica (gastritis) o úlceras.

• Si las lesiones continúan durante un tiempo prolongado sin tratamiento, puede desarrollarse cáncer.

• Helicobacter pylori es un carcinógeno tipo 1 según la OMS.

• La infección por Helicobacter pylori se relaciona directamente con el adenocarcinoma gástrico (intestinal o difuso) y sus lesiones precursoras (gastritis atrófica
y metaplasia intestinal).

Dieta: Una dieta rica en sal y alimentos ahumados y curados, y baja en frutas y verduras, aumenta el riesgo

Tabaquismo y consumo de alcohol: Fumar y beber alcohol con frecuencia se asocian con un mayor riesgo de desarrollar cáncer de estómago.

Exposición ocupacional: Trabajar con ciertas sustancias, como el asbesto, el polvo de sílice, o en industrias que manejan carbón, cemento y metales, puede incrementar el riesgo.

En fase temprana, el cáncer de estómago produce síntomas
generalmente leves e inespecíficos muy similares a los sínto
mas de una gastritis o una úlcera.

Es una enfermedad en la cual se forman células
malignas en alguna parte del intestino grueso.

Sangrado
digestivo

 

Anemia
secundaria
al sangrado

 

Dolor
abdominal
tipo cólico
frecuente

 

Pérdida
de peso NO
intencionada

 

Cambios
del hábito de
evacuación

 

Masa
abdominal
palpable

 

Consumir frutas,
vegetales y granos
integrales

Realizar actividad
física regularmente

Moderar el consumo
de carnes rojas
y procesadas

Evitar consumo
de alcohol y cigarrillos

Mantener un peso
corporal adecuado

  • Sangre Oculta en Heces (SOH): desde los 50 años, cada 2 años.
  • Colonoscopia: desde los 50 años, cada 10 años. Si se presentan factores de riesgo como antecedentes familiares o estilo de vida poco saludable, se recomienda
    desde los 40 años y cada 5 años.